Pocos días estrenando ciudad, rutina y horas de vida, y será por eso que no termino de llegar.
Casi mi mitad -si no es que un poquito más- se quedó allá, con vos, todavía... o en algún lugar, pero a fin de cuentas te extraño. Si lo pienso, te extraño más y me dan ganas de llorar, entonces mejor no pienso.
Miro acá y allá como si fueran dos y no uno los pares de ojos absorbiendo todo como locos, en una especie de intento de "fusión telepática" o una vaina similar que de por sí no servirá de nada si no estás acá. Tal vez estés, un día, y entonces ya serán dos pares de ojos y no uno.
Et estrany.
agosto 19, 2010
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