Hoy te nombré por última vez. Verbalicé tu nombre mientras te quemaba simbólicamente en el lavatorio del baño -no se vaya a incendiar la casa- y de paso te mandaba al carajo.
No quiero nombrarte más.
Me quedo con tu paso por mi cama, breve pero intenso, mientras termino de borrar los pocos significados que dejaste por ahí. Por dicha casi ninguno. Vivencias juntas, cero.
Y aún no entiendo tanto mal sentir. Estoy jodida.
Que seas feliz con quien decidiste volver, o que sigás comiendo mierda junto a ella, mierda patológica, lo que querás y podás.
abril 08, 2016
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