Verte con tus anteojos puestos me da tranquilidad y no logro entender por qué. Sí es cierto que me gustás más con anteojos, pero eso no tiene que ver.
Pensé que ya no estaría acá sabés. Cuando te lo comenté como quien no quiere la cosa, tu reacción fue lo que esperaba o más, y me di por satisfecha, hasta lo disfruté. Pero no me fui. Sigo acá. Y ya no tengo con qué "conmoverte" más. Pero igual ya no quiero. Tampoco logro entender cómo está sucediendo, pero siento que cada día me importa menos, un poquito menos.
De todos modos me iré, pero no te avisaré. ¿Para qué? Espero en unos pocos días ni siquiera pensarlo, eso, en decírtelo. Que me valga. Ya casi, que me valga.
Y olvidarme además de tus anteojos y centrarme en los míos, que necesitan reemplazo urgente. Mirá vos, qué casualidad.
septiembre 07, 2016
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