Aparecés, desaparecés, reaparecés. Entre encuentros, desencuentros y reencuentros, se teje un algo que todavía no sé bien qué es, ni creo que consiga saberlo. Al final tal vez ni importe.
Y de repente, un día, te descubro entre mis sábanas... ¿qué hacés ahí? te pregunto. Me mirás y todo pareciera un enorme paréntesis en la vida, un descanso a la rutina y a lo cotidiano. Un paréntesis hermoso y rico, para qué negarlo.
Y de nuevo, también de repente, te vas casi sin darme cuenta. O era yo la que se retiraba, lentamente. No lo recuerdo.
Por ahora prefiero meterme debajo de mis sábanas y encontrarte ahí; después, quién sabe.
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