A pesar de esos días, típicos de SPM aún y tomando las 'pastillas mágicas', una intenta sacar lo mejor de la jornada y reírse de todo lo que pueda.
Muy a pesar de que a las ausencias -y a las presencias- les de por juntarse toditas de un solo y pesen, pesen como kilos y kilos de mala conciencia (¿eso existe? ¿la mala conciencia?).
Y también a pesar del sustillo de verse de repente medio inmersa en dinámicas jodidas a punto de convertirse en "no aptas para feministas".
Sí, a pesar de todo esto, hay chance de reírse hasta llorar con un sencillo monólogo sobre el orgasmo femenino, la crisis mundial, el sexo y hasta trucos de magia. Y de paso reírse de una misma y aprender un poco, digo yo... ¡que las crisis emocionales sirvan para algo, carajo!
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