Es cierto, la mayor parte del tiempo que he estado acá desconocíamos por completo la existencia del otro. Entonces, la pregunta sería el por qué, a pesar de que tampoco se compartían todas las noches que se hubieran querido, de todos modos la cama se agiganta y de repente no logro dormir mientras pienso en vos. No debería extrañar-te. Es agotador además.
Sé que pasará, como todo, siempre; lo que no quita que, repito, una se canse un poco más de lo ya de por sí se cansa pensando en cualquier vaina en plena madrugada.
Claro, el insomnio no es sólo 'causa' tuya, se me da no dormir a veces. No te asustés, no es para tanto, y no estoy tan triste. Es sólo eso de terminar de digerir los adioses y acostumbrarse de nuevo a no estar ahí, a volver, distinta, a otro lugar, diferente.
De verdad, no es para tanto.
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