Como aquella vez que se fue María con todo lo que tenía, o regresaba, o más bien nunca se fue, ahora ya, me fui, no, me salieron.
Será que tenía que pasar así para que de una vez me decidiera a tener mi propio espacio, no sólo la habitación. Casa, casita, al fin.
No es triste, al contrario. La forma tal vez... Pero valienta.
octubre 29, 2014
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