Explicáme dónde están los límites. Las dos en calzones, enredadas en la cama, en un estire y encoge que al final no logra llegar a casi ningún lado.
Todo está en el orgasmo. Mientras no se provoque hasta lo inevitable, no hay rollo.
Pero no es justo.
Decíme quién pone los límites. Tal vez fue falta de voluntad. La conciencia se vuelve débil a las 5 am y con sueños atrasados.
Podría haberte besado toda la noche. Sin orgasmos. Pero el sueño nos ganó, al menos la segunda noche.
septiembre 08, 2015
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