Que sí, que estás cambiadísima. Si no fuera por esa forma de caminar tan particular.
Te desplazás por el suelo como si estuvieras arrastrando la vida de muchas personas juntas y amontonadas, medio zapateando además. Fue esa manera de llevar el cuerpo y el tatuaje detrás de la oreja los que encendieron las alertas. Hasta sin lentes. Y ahora me cuentan que terminaste en la disco el último viernes pasado, entre amigas y bailando, vos, que nunca.
Fijáte. Tan distinta. Provecho.
septiembre 28, 2015
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