Digo, una cosa lleva a la otra. Es parte de cierta lógica... o debería serlo.
Y digo, una se deja llevar, se siente invitada y cuando se quiere enterar ¡juáz! nada que hacer.
Entonces, de nuevo comienzan las despedidas o las desvinculaciones o los mutis o las huídas.
Y entonces una se pregunta tantas cosas y nunca se llega a enterar como cayó ahí, de nuevo, otra vez.
O más bien, no se quiere enterar..., sí, eso.
mayo 19, 2010
mayo 09, 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)