Lo de "corazón de potrero" lo aprendí, en carne propia propia, recién. O sería "de condominio".
Y recuerdo cuando te vi esa primera vez en la oficina de la rectora y desde ahí inició la parálisis. Sí, esa parálisis que no me permite acercarme ni a 50 metros. Y vos, con esa arrogancia y altanería que quisiera yo no fuera más que timidez y pura indiferencia.
No hubo chance de pedirte una vueltita en tu ex moto pandillera. Una pena.
junio 19, 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)