diciembre 22, 2017

Fantasmas navideños

Por unos segundos, anoche te convertiste en mi fantasma de la navidad. Lo que me compartiste sonriendo no podrá ser olvidado pero por venir en forma de bofetada combinado con balde de agua fría y algo que ardía. No se puede ser tan desubicada en la vida, y aún así todavía me sosprendés.
Un poco tarde, cierro todas mis puertas y ventanas, con candados y cadenas y doble cerradura. Fue tu última navidad.

junio 10, 2017

Cumpleaños

Sí, este año apareciste para celebrar mi cumpleaños. Y con esos colochos largos y esa sonrisa me dejaste caer tantas palabras, tantas, inesperadas, sorpresivas, queridas. 
Y no se vale, tirar todo eso y luego irse. Porque qué hago con ellas, no sé todavía ni dónde meterlas. 
..Soñando con tu cintura, con lo que no pudo ser... 

mayo 05, 2017

Mi reencuentro con vos


Perdí la cuenta de hacía cuánto no nos veíamos, así, de frente, un abrazo, apretado. Unos 8 o 9 años, por ahí.
Es cierto eso que dicen de que el cuerpo tiene memoria. Me bastó abrazarte para recordar cada curva, cada esquina, la suavidad, y darme cuenta de que te había extrañado.

Sí, una vuelve siempre a los sitios donde amó la vida. Con vos amé la vida.

febrero 09, 2017

La friendzone

Pronto dejaré de extrañar tus saludos fugaces en momentos de escape. Pronto, lo sé.
Y es que la tal llamada "friendzone" no es una buena zona. No para mí. A estas alturas menos.
Esta es la definitiva, con esta claridad no hay más vuelta que darle. Una que es bien tonta a veces. O todo un año.

enero 30, 2017

Carajo

Anoche soñé con vos. De nuevo. Enero, de nuevo. Me decías lo linda que me veías y que querías ir a dormir alguna noche a mi casa. Era exactamente lo que esperaba que me dijeras, en el sueño y tristemente en la realidad. Hasta cuándo carajo.
Y si te lo cuento no vas a preguntar de todos modos, para qué lo harías y para qué contarte. No vale la pena, ni una ni la otra, de nuevo. Al chile hasta cuándo.

enero 20, 2017

La esquinita de la esperanza

Sé que hay adioses recurrentes. Es porque muy en el fondo una no quiere decir adiós y se acabó. No sé a qué quedarse con la esquinita de la esperanza, ni para qué o por qué, pero pasa.
Inicié el año plantándome, pero no del todo con vos. Me odié, te odié, por seguirle dando largas a esta vaina. Y por mi clara inutilidad para negarme a tus saludos y obviarte.
Pero aunque el mono de fuego siga jodiendo, le falta poco y a esto también. Primer paso hoy y la completa certeza de negarse a repetir vicios pasados similares. Aunque te enojés y amenacés con no volver a aparecer. Debo agradecértelo, desaparecer era mi intención pero la inutilidad me puede más, de nuevo.
Gracias, de verdad. Esperemos al gallo de fuego.