marzo 27, 2012

Bienvenidas

Te doy la bienvenida, entre inciensos, un salchicha negro y un cepillo de dientes nuevo-envuelto-para-regalo (de tí para mí).
Con todo y el pánico por una que otra cosa, como tu papá asomado a la puerta de tu casa o lo que ese cepillo de dientes nuevo-envuelto-para-regalo puede significar (o no).
Por mirarme "así", en "esos" momentos (o casi siempre).
Porque sí, por lo que sos y lo que no querés ser. Porque. Gracias.

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