agosto 04, 2016

Explosiones

No tenés ni idea, para variar. Este resfrío, la garganta adolorida por varios días, la calentura, la bronquitis. Todo alrededor del pecho, la garganta (corazón, voz, palabras), nada es gratuito. Mi cuerpo quiso explotar, sacarlo todo, con vos ahí, durmiendo al lado, a veces cobijándome, a veces alejándome.

No sé cómo pasó, cómo de repente ibas de camino compartiendo asiento conmigo ¿qué? Bueno, un poco sí sé. Lo provoqué, creo que en un último intento de algo. Pero estaba segura de que no aceptarías, como siempre. La sorpresa.
Te pude decir tantas cosas. Es que de verdad, no tenés idea. Ese tiempo a mi favor de poder verte a los ojos, esos ojos, y decirte todo eso, lo que dolió, lo que se aprendió, lo perdido, lo esperado. Pero igual lloré, el último dia en la ducha; seguro la frustración arrastrada, algún enojo, cierta tristeza.

Y vos, tan niña aún. Podés disculparte veinte veces. Yo de todos modos ya no moveré un dedo.

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