marzo 16, 2011

Jugando a las escondidas

Guardé tu foto, tu tarjeta y todo lo que podía recordarte. Hasta aquel pijama terminó junto con otro montoncito de ropa allá afuera. Una cosa, la más útil de todas, es la visible. Corrijo: y casi todo lo que podía recordarte.

Sin embargo, ello no evita que algunas veces te me aparezcás entera y termino con canciones melancólicas sonando al oído una y otra vez (...sólo sé que me vi con la vida aleteando en el vacío, con el sol en la maleta por si el frío me agarraba sin saber a donde ir... Las penas no caben en una canción...*).

2 comentarios:

Ana dijo...

las personas (los aprecios, lo vivido) no se esfuman, sólo se destiñen.
siempre están, sólo que con menos intensidad (¡por dicha!)

MY dijo...

:(
x dicha!! al chile...
es como dicen en la cinta de "Memorias de Antonia", algo así como "el tiempo no cura las heridas, sólo las borronea..."