agosto 11, 2014

Las ganas que no fueron

Varias veces me imaginé la escena. No recuerdo bien el diálogo, pero las ganas de darte una cachetada siempre estaban ahí. Te enfrentaría. Posiblemente te gritaría o al menos te diría algo con suficiente furia. Y luego la cachetada *aaah* ese descargo, por haber sido como sos, hetero-obse, autocentrada total, egoísta, loca jodida. 

Años tuvieron que pasar para volverte a encontrar. Fue un déjà vu, arrastrando la sensación de que te toparía desde hacía unos días. Raro. 

Nunca alguien que fue cercano me había provocado abofetearlo, nadie nunca. Con vos todo se redujo a extremos, o el amor feroz o el deteste total. 

No puedo decir que no lo pensé. Al ver tu cara con esa expresión de siempre de #yonofui en un intento de sonrisa me imaginé en plena calle sujetándote del brazo. Tu media sonrisa se evaporó cuando te miré -de fijo con ojos asesinos- moví la cabeza y me ubiqué. Chao. No, adiós. Poné lo hallado donde querás.

Las ganas no fueron, el alivio pudo más. 


No hay comentarios: