abril 27, 2016

Recurrencias

Flashazos de cuando algún viaje me suceden casi a diario. De repente me acuerdo de una calle en particular o unos segundos de un paseo. Volver, siempre. Más ahora, por favor.

Es loco, no te extraño tanto ya, estás como difuminada, te diluís de a poquitos.
Pero de todos modos extraño cosas, algunas que sí tienen que ver con vos. Y me pongo triste.
Anoche lloré con la excusa de una lectura tristona. Una mezcla de excusas, y vos claro.
Ya no me desespero. Ya no quiero tanto saber cómo estás. ¿Para qué? Cero riesgos.
Ya no llevo la cuenta de los días, ni espero que me escribás.
Alguna vez te hablé antes de dormir o en luna llena, porque sí. No sé qué carajos espero, seguro que me extrañés un poco o pensés en mí cuando yo lo hago alguna que otra noche, como si tu sensibilidad y tu don dieran para tanto. Pobre.
Y anoche soñé con vos, nunca pasa, pero casi no lo recuerdo. Mejor.

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