mayo 09, 2016

Tanteos y trampas

Casi un mes, casi logrado, la desintoxicación, el desapego, la intensidad... y de nuevo, la pantalla del celular te refleja. Mi cara de WTF duró medio día. ¿Qué querés de mí? Ah claro, un abrazo decías, además de saber cómo estaba. Un abrazo. Y yo ¿WTF al cuadrado? Y vos, es lógico dar abrazos a quien se quiere y extraña. WTF al infinito. Ahora me extrañás.
Al menos te duró poco el dulce, al día siguiente si te vi ni me acuerdo. Debería saberlo mejor, ni que fuera nueva, y seguís en tus veintes.

Te tengo que olvidar, como la canción de Luis Miguel, pero ya.
Pensé en entramparme pensando en medias venganzas y supuestos beneficios, pero así no se puede, todavía no, ni nunca. Hay que huir, llevarme los enojos porque vos no querés saber de ellos, no te importan, no te tocan, son míos, aunque merecés que te los lance muy fuerte a la cara. El colchón llevará tu nombre y el desahogo el mío hasta que me canse.
Te tengo que olvidar.

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