Entre rescue, borracheras con tequila, Iron Maiden, mudanzas temporales y Café Tacuba, al fin, al fin, llegó marzo.
El tiempo nunca es aliado (al menos no el mío), así que mejor hacer las de la Trevi y cantarle que "el tiempo no existe, solamente momentos, y la vida se va".
Carpe diem, diría una amiga, carpe diem compañera. Sólo así se sobrevive a veces.
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