mayo 16, 2008

Aquel día, con algo metido en la garganta

No sé si fue un fantasma o un demonio (¿existen los demonios? ... y los fantasmas?), la cosa es que aquel día algo se me metió a la garganta y me impedía respirar. Vomitaba intentando desalojar lo que fuera que hubiera allí y me funcionaba por ratos. El muy cabrón, o cabrona, avisaba al menos cuando atacaba: de repente sentía un escalofrío que me subía y me hacía ponerme pálida, luego me daba taquicardía, luego aceleraba la respiración. Entonces sabía yo que debía correr y ponerme a salvo, en un sanitario vacío o una oficina donde pudiera encerrarme con un basurero a mi disposición. Una vez me sorprendió en medio de una discoteca. Intenté aguantar pero me ganó y terminé en el baño entre decenas de mujeres vomitando en el inodoro!
Con todo y todo me duró como 3 meses y nunca supe porqué.
Bueno, creo que alguna de sus causas sí las sabía pero no quería verlas, hasta mucho tiempo después. Parece que fue una mezcla de muchas cosas, duelos mal elaborados, círculos sin cerrar, fracasos, miedos, cosas sin decir. De todos modos no volví a pensar en eso mucho más porque como llegó se fue. Lo recuerdo ahora, a veces me da, muy pocas, poquísimas, y todavía no sé porqué, nada más quiero que se vaya y me deje de joder.

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